Mérida linda y querida...
Hace menos de una semana llegué de la Hermana República de Yucatán y quedé enamoradísima (más que como en la canción de Mercurio).
Este viaje, además de que estuvo poca madre y vi mil cosas, fue importante porque fue mi primer viaje oficial con El Jew y pude mostrarle un poquito de lo bonito que es México y que entendiera por qué me encanta mi país, a pesar de todo el desmadre que existe.
Vuelo: VivaAerobus
Aproveché una de esas promociones que hacen casi siempre y compré dos vuelos redondos a Mérida en $2,195.00 MXN. No es broma.
Una vez teniendo el vuelo todo lo demás era más sencillo. Lo primero que hice fue preguntar a amigos y conocidos sobre lugares para estar, ver y dormir en Mérida. Una búsqueda rápida en internet también es de mucha ayuda.
Fue así que decidimos la siguiente ruta:
Mérida — Izamal — Chichén Itzá — Valladolid — Las Coloradas — Grutas y Cenote — Mérida
MÉRIDA
Nos quedamos en: Hostal Zócalo
Cuartos privados desde $380. Dormitorios desde $110.
Es un hostal en una casona vieja muy linda. La gente que trabaja ahí es muy amable y el desayuno (incluido) está delicioso: fruta fresca, cereal, café, leche y omelettes con queso, tomate y cebolla. Imperdible y te ahorras una buena lana en desayunar por fuera.
Lo padre de los hostal (al menos en los que me he quedado) es que tienen disponibles tours a varios lugares que sería complicado ir si no eres local. Óscar, nuestro guía, nos llevó a ver aves en Dzemul y flamingos en Sinanch, pasamos por San Crisanto, Telchac puerto y vimos la playa y yo me enamoré de Yucatán.
En esos pueblos las opciones de comida no son muchas, pero yo no tuve problema en echarme unos camarones en un restaurantito de San Crisanto (la palabra baratísimo se queda corta), el problema es que el Jew no tuvo opciones porque vegetariano, así que él también comió unos camarones. En ese mismo pueblo nos adentramos en los manglares y llegamos a un cenote. Pasamos de rápido por Puerto Progreso. De regreso pasamos de nuevo por Dzemul y vimos lugares donde se ve el agua rosa y donde hay unos cristales que se forman por las sales que están bien impresionantes. Según mi GPS el lugar es Charcas de la sal.
Gastamos $450 MXN cada uno por un tour de 6-7 horas. Además cubrimos una cuota de $40 MXN por persona por la lanchita en los manglares.
Una vez de regreso en Mérida caminamos todo el centro de arriba a abajo. Así que no se les olvide ir y ver todas las puertas hermosas que tiene, y caminar por las calles y sentarse en alguna banca a ver a la gente pasar.
Tip: Paseo Montejo tiene las casas más cool del condado.
Para comer: La Chaya Maya
La Chaya Maya y la cochinita pibil es lo mejor que le ha pasado a mi estómago en mucho tiempo. El primer día que comimos aquí yo pedí, como es de esperarse, la cochinita pibil, servida con frijoles negros y cebolla rosa (nunca he sabido el nombre de esa cebolla, si alguien lo sabe, compartan el nombre). El Jew como no come nada de carne, pidió Brazo de Reina (dzotobichay), que es como una especie de envuelto y está relleno de huevos cocidos, pepitas de calabaza tostadas, y demás cosas no carnosas. Según su veredicto: Muy bueno.
Calificación: 1000 puntos de 100
Para almorzar: Los Trapiches
En Los Trapiches tienen opciones para no carnívoros. Yo pedí panuchos de los que me enamoré y fueron los mejores que comí durante el viaje —soy catadora profesional de panuchos—. La fruta estaba fresca y sabrosa (no desabrida, muy importante, sobre todo con la sandía). El Jew no habló muy bien de sus enchiladas vegetarianas, pero creo que fue porque tenían acelgas y no le gustan, pero el relleno tenía calabacita, acelgas, champiñones y otras cosas que no recuerdo.
Para gordear: Sorbetería Colón
Pidan el sorbete de Coco. Yo estaba indecisa, pero pedí probadita y no hubo necesidad de buscar más. Está cremoso y dulce (sin empalagar), delicioso para media tarde y con los calores de la ciudad está perfecto.
Night life: Mayan Pub y cantina La Negrita
Pues no somos mega fiesteros ni nada, pero sí nos echamos unos tragos en este barecito que tiene sección al aire libre muy linda. Había buena música en vivo y está agusto para platicar. Yo aproveché la Happy Hour y pedí dos Margaritas de mango a $38 MXN. No eran lo mejor, pero por el precio no podía pedir mucho más.
En La Negrita no pedimos nada, sólo pasamos de rápido pero tenía súper buen ambiente y los tragos se veían muy buenos. Si alguien tiene más info, por favor compártala.
Para comprar souvenirs:
Asociación de Artesanos
Ok, no recuerdo el nombre exacto porque no tiene nada afuera, pero es una asociación de artesanos mayas que venden sus productos hechos a mano y un alto porcentaje se va para orfanatos y niños mayas en pobreza extrema. El resto se lo quedan ellos. Entendí que es una especie de cooperativa. Lo encuentran sobre la calle 59, justo enfrente del restaurante AMARO.
No es barato, pero tienen cosas hermosas. El Jew se compró una guayabera, y la verdad se ve muy guapo. Yo me compré una bolsa muy bonita con encaje de seda.
Antigüedades
Mérida es una ciudad vieja con mil cosas y curiosidades vintage. No todo es barato, pero puedes encontrar unas cuantas joyas que vale la pena comprar. En todo el centro hay tienditas escondidas, pero mi favorita está en la calle 63 entre la 60 y 58. Encuentras máquinas de escribir antiquísimas, cámaras fotográficas que funcionan perfecto, libros de 1900, entre otras curiosidades más.
CHICHÉN ITZÁ
Nos quedamos en: Mayaland
Habitación para dos personas : $111 dlls.
El Mayaland es el único hotel dentro de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, y es una construcción muy bonita, que se pone más bonita con la jungla que la rodea. No es barato, no —aunque el Jew me dijo que eso es lo que costaba un motel de mala muerte en USA, luego le expliqué que yo no gano en dólares, así que para mí sí está caro—, pero vale la pena aunque sea una sola noche. De lo más padre es que escuchas a todos los pájaros y animales por la noche (ojos que no ven, corazón que no siente) y es relajante. Las camas son comodísimas y el baño es muy amplio.
Lo no padre: No incluye nada de alimentos y lo único que hay son los restaurantes del hotel que no son baratos. La comida es muy buena, pero entre dos (pedimos dos platillos, dos bebidas [Palomas con Tradicional] y una botella de agua [No logré hacer que el Jew entendiera que el agua en México sí se puede beber y sin morir]) fueron poco más de $600 MXN más propina.
NOT CHEAP
Ver, escuchar: Zona Arqueológica de Chichén Itzá
Si vas en domingo y eres mexicano entras gratis. Si eres no mexa tienes que pagar $216 MXN en dos cuotas, pero juro que vale mucho la pena. El Jew quiso contratar guía de turistas, y por necesitarlo en inglés —quién le manda no hablar español— cobraron $650 MXN, pero igual que la entrada, valió mucho la pena porque por dos horas nos explicó todo lo importante que necesitábamos saber, el muchacho pudo hacer preguntas, elaborar teorías, debrayar y hacer sonidos con Antonio, nuestro guía.
Para desayunar: Oxtun
Dentro de la ZA hay un restaurante muy rico y bastante accesible. Los huevos motuleños son una excelente opción, además el omelette de espinacas y queso panela es muy bueno. Los meseros son de lo más divertido, se burlan de los gringos que no saben decir "La cuenta, por favor", y te enseñan un poco de maya:
Bix a wanil — ¿Cómo estás?
Nib óolal — Gracias
Tu’ux a kaajal — ¿De dónde eres?
Para comer: Las Mestizas
Por recomendación de la gente del Mayaland fuimos a Las Mestizas. El lugar estaba bastante solo, pero los papadzules que se comió el Jew estaban riquísimos y fueron lo mejor que probó en el viaje (sus palabras no las mías). Recomiendo el agua de tamarindo para acompañar la comida.
El restaurante lo encuentran saliendo de la zona arqueológica, a unos cuantos minutos, en el pueblo de Pisté.
VALLADOLID
Nos quedamos en: Hotel Zaci
$595 MXN por habitación doble
Después de Chichén Itzá estábamos sudados y cansados. Yo daba mi reino por una alberca y chapotear en el agua un rato. Afortunadamente el Hotel Zaci tiene una alberca muy linda y limpia. El agua estaba fría, pero yo disfruté mucho adentro, mientras el Jew veía qué podíamos hacer en la noche.
Cosas que hicimos:
Fuimos a la plaza principal, que si mal no recuerdo se llama Francisco Cantón y había un evento de gobierno federal (¡guácala!), pero un grupo estaba tocando danzones, jaranas y demás música que escuchaban mis abuelitos. Cuando llegamos estaba toda la gente sentada viendo hacia el escenario, pero apenas empezó el grupo y pidieron abrir pista, el espacio se llenó de parejas: viejitos, jóvenes y unos mochileros de pelo largo que se veía que no sabían bailar, pero se divertían mucho. Yo estaba viendo desde los lados moviendo el bote.
Comimos:
Marquesitas El Tío Batman
Le diré Tío Batman al señor que atiende el puesto porque no le pregunté su nombre, pero bueno, el Tío tiene un puesto ahí a lado de donde estaba tocando el grupo. El Jew, además de no comer carne, no come azúcar, ni cosas dulces, pero lo presioné y decidió probar una marquesita de queso de bola. Yo me comí una de queso de bola con Nutella porque gorda y no me importa. Aprobamos totalmente esas marquesitas.
Después de un rato musical, fuimos a Calzada de los Frailes, pero todo estaba cerrado. Igual caminamos y vimos puertas muy bonitas y llegamos a pedir entraditas y drinks a La Taberna de los Frailes. Los tragos estaban buenos. El mezcal que tienen, Wahaka joven, es bueno para mezclar con jugo de naranja natural.
También pedimos un queso panela con sandía a la parrilla. BIG MISTAKE. No estaba bueno at all. Para quitarnos el mal sabor de boca nos fuimos por unos nachos que estaban buenos a secas.
Grutas Balankanché
Las grutas están muy cerca de Valladolid. Fuimos porque el Jew quería ver qué onda:
— I want to see the caves.
— Fine.
Y ahí vamos.
El problema con estas grutas es que casi nadie va, tan nadie va que éramos los únicos ahí y los señorcitos que estaban a cargo me salen con que si no llegan 6 personas mínimo no se puede dar el tour. Que si no llegan tendríamos que pagar dos personas extras (o sea 4) para que nos dieran el recorrido. Luego de esperar 20 minutos a que no llegara nadie, se nos acerca y nos dice que sólo nos cobraría una persona extra.
El recorrido duró como 40 minutos cuando mucho. Sí, las grutas son impresionantes y hay altares y cosas mayas que se encontraron hace muchos años, hay 1000% de humedad, y hay que regresar por donde se llegó porque no hay otra salida. Al final de las grutas desciendes como 30 metros y llegas a un río subterráneo que probablemente es el que alimenta el cenote Ik Kil.
En total nos cobraron como $200 pesos.
Cenote Ik Kil
Como a 10 minutos de las grutas está este cenote que es de las mejores cosas que he visto en mi vida. Los $70 MXN por persona que pagamos + $30 del locker + 30 de mi chaleco salvavidas (shorty y 50 metros de profundidad) fueron los mejores pesos gastados en el viaje. Me quedé con la boca abierta y quiero volver a la península a hacer un recorrido de puros cenotes.
Aprendí que los cenotes son endémicos de esa región y que fueron causados por el meteorito que mató a los dinosaurios (sorry, you guys!). El agua es fría y cristalina, hay verde por todos lados y se ve el cielo de manera impresionante, y es el paraíso, básicamente.
BÁSICOS DEL VIAJE
Libro
Kaddish de Allen Ginsberg
Mi obsesión con la muerte y la gente que escribe sobre eso no ha disminuido. Kaddish es un conjunto de himnos judíos, pero por lo general cuando la gente habla del Kaddish, se refiere a las oraciones recitadas durante el funeral en el judaísmo. Este libro es el tributo que Ginsberg le hace a su madre, quien sufrió mucho en los últimos años previos a su muerte.
Doce cuentos peregrinos de Gabriel García Márquez
Este libro se lo regalé al Jew la primera vez que nos vimos. Es de mis libros favoritos y fue uno de los causantes que me enamorara de la literatura, y como le gustan los cuentos pues WIN. Nos leímos en voz alta unas cuantas páginas, en especial La luz es como el agua. [Leímos la versión en inglés].
Soundtrack
Cuando viajo acompañada es poco el tiempo que me doy para escuchar música, pero este viaje estuvo marcado por sones, jaranas y demás música de la región.
Maria Cristina me quiere gobernar — autor desconocido.
Armando Manzanero — Lo que quieran escuchar
Libreta de viaje:
Moleskine blank pages en amarillo en tamaño de bolsillo. Regalo de posada navideña de cuando tenía trabajo Godínez.
Esenciales:
Traje de baño y chanclas que puedas mojar.
Bloqueador y sombrero. Yo no llevé sombrero y me quemé más que El Gringo.
- Lentes de sol
- Chingos de desodorante, porque vas a sudar mucho.
- uenos zapatos para caminar y caminar y caminar y caminar. Yo terminé queriendo cortarme los pies de tanto andar.